27 dic 2012

PRESENCIA DEL CHIVO EN EL HABLA POPULAR CUBANA (II).

PALABRAS CUBANAS "CHIVA"


La CHIVA es la hembra del CHIVO  y como vimos en el post anterior, en Cuba se le denomina así, sin importar su edad. Y si mama o ya procrea da lo mismo, sigue siendo CHIVA, es muy raro oír a algún cubano llamarla cabra.

Así terminan los CHIVAS
El “chivato” hijo de la chiva, es también definido por la Academia de la Lengua Española en su primera acepción, como soplón o delator, presumiblemente heredado del caló o jerga de los gitanos españoles.

En Cuba ser CHIVA es su equivalente y se tiene como una de las peores cosas que puede ser una persona, además de pesao. En este sentido es frecuente utilizar la frase “Irse de chiva

Otras palabras cubanas afines o sinónimos de CHIVA son: Apapipio, chivatiente, chivatón, corneta, imbore, trompeta.
“Si te buscas un socio que no sea CHIVA ya resuelves el asunto.” (Amir Valle, “Habana Babilonia”,  pág.141).
 “Me das rasón de tu proseder o ME VOY DE CHIVA con la Pena ahora mismo.” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 194).

 Para aumentar la carga despectiva del vocablo se usa muy a menudo el aumentativo chivatón (ona)
“Contraté a Cacha, la CHIVATONA aquella del comité.” (Daína Chaviano, “El hombre, La Hembra y el Hambre”, pág. 239).
“Es tremendo CHIVATÓN y se lo dice a mi marido.” (P. J. Gutiérrez, “El insaciable hombre araña”, pág. 139).  

Pero hay otra voz cubiche de mucha más puntería, para definir a los chivatos actuales: CHIVATIENTE, que como se puede deducir es una mezcla de chivato con combatiente. A buen entendedor…
Si lo que se quiere es indicar la acción o efecto de chivatear,  está la voz  CHIVATAZO  (chivatada, según el DRAE)
 “…por algún CHIVATASO se enteró Egilio que Agamero regresaba del viaje y lo madrugó en un cañaveral.” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 38).
“...hizo un abrupto silencio cuando lo asaltó el temor de que alguien pudiese escucharlo y dar el CHIVATAZO.” (Jesús Díaz, “Dime algo sobre Cuba”, pág.24). 
“...el posible CHIVATAZO de Yamilé...” (P. J. Gutiérrez, “El rey de La Habana”, pág. 112).   
CHIVATEAR  además de delatar, es cubanismo equivalente a “cabrear” en el sentido de enfadar a una persona, por lo que estar chiva equivale a tener un chivateo mayúsculo.
“—Telesforo, voy a preguntarte algo que a lo mejor TE CHIVATEA.” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 36).
“De lo contrario la gente de allá SE «CHIVATEA» y la cosa se hace más difícil,...” (Paquito D’Rivera, “Mi vida saxual”, pág. 64).
“... ¡Pero qué CHIVATEO tiene! ¡Le va a dar algo, coño!”(Jesús Díaz, “Cuentos cubanos del siglo XX”, pág. 488).

La expresión castiza “loco como una cabra” se ha transformado en loco como una chiva y cuando se hace comparación del grado de locura de una persona, se suelta la frase: Esta más loco que una chiva. 
 “… pero tú que ESTÁS MÁS LOCA QUE UNA CHIVA, ni pensarlo.” (Reinaldo Arenas, “El palacio de las blanquísimas mofetas”, pág. 125).
 “…ESTÁS MÁS LOCO QUE UNA CHIVA, te lo juro, men.” (Leonardo Padura F., “La neblina del ayer”,   pág. 75).

Sandy no dejó ni donde amarrar la chiva
Según me contó un amigo que estaba en Santiago de Cuba a finales de octubre de este año 2012,  el huracán Sandy pasó y no dejó ni donde amarrar la chiva, o sea que literalmente arrasó.
“...NO HABRÁ DEJADO NI DONDE AMARRAR LA CHIVA. Habrá cargado el avión con todo...” (Miguel Barroso, “Amanecer con hormigas en la boca”, pág. 248).
“Y luego vino el que NO DEJÓ NI DONDE AMARRAR LA CHIVA;…” (A. Iznaga, “Los Valedontes”, pág. 118).
 Una frase similar puede indicar una pésima situación económica: No hay ni donde amarrar la chiva.
 “Por aquí NO HAY NI DONDE AMARRAR LA CHIVA… El tiempo es malo y no hay trabajo y hasta hambre hay…” (Samuel Feijóo, “Juan Quinquín en Pueblo Mocho”, pág. 136).

Si una persona sale perdiendo en una transacción de cualquier tipo, se dice que cambió la vaca por la chiva.
“—A CAMBIAO USTÉ LA VACA POR LA CHIVA...” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 174).
“—Vengo a cambiarle el carro por el bote. [...]...estás CAMBIANDO LA VACA POR LA CHIVA. Ese bote está todo destartalado.” (Zoé Valdés, “El pie de mi padre”, pág. 198). 

 ¿Quién no ha visto a una persona sentada y que al levantarse, se le queda el pantalón o la saya visiblemente metido entre las nalgas sin advertirlo? De esa persona se dice en Cuba que tiene la chiva en el jardín, también en ese caso es utilizada la expresión cubiche "se te queman los frijóles"

Los verbos CHIVAR y su transitivo CHIVARSE tiene varios significados en el lenguaje coloquial del cubano y es bastante chivado poder aclarar en pocas líneas cada uno de ellos.


 Les dejo unos cuantos ejemplos para que vean que es tremenda chiveta.  Y que conste que son voces aprobadas como cubiches en el DRAE.
“—Aquí, chico, ya me puedes ver. Un poco CHIVADO.” (Reinaldo Arenas, “El palacio de las blanquísimas mofetas”, pag.164).
“...decía que él estaba muy CHIVADO ahora para echarse más problemas encima...” (G. Cabrera Infante, “Así en la paz como en la guerra”, pág. 19).
“— Estamos CHIVAOS —dijo el aguador—; después hagamos esta carretera hasta la finca del Senador, tenemos que hacerle otra al Capitán,…” (Samuel Feijóo, “Tres novelas de humor”, pág. 497).
“—Dale, Atoneo, no me CHIVES más la pasiensia…” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 41).
“…si no llega a ser que Atenata me avisó a tiempo me meto por el río y me hubieran CHIVAO to, que hay una gente esperando para arrancármela. (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 154).
“—NO CHIVES. Le voy a pedir una colcha al negrito de los Reyes Magos.” (Eliseo Alberto, “La fábula de José”, pág.113).
“—Bueno si se quieren perder el banquete, ellos son los que SE CHIVAN y no yo,…” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 145).
“—Ahora si que NOS CHIVARON.” (Samuel Feijóo, “Tres novelas de humor”, pág. 237).
“—Dispué, ¡pero no caigas con la CHIVETA, te lo digo!” (A. Iznaga, “Los Valedontes”, pág. 105).

25 dic 2012

PRESENCIA DEL CHIVO EN EL HABLA POPULAR CUBANA.

PALABRAS CUBANAS "CHIVO"

Según la Real Academia de la Lengua Española el chivo es la cría macho de la cabra, desde que no mama hasta que llega a la edad de procrear. En Cuba un chivo es siempre el hijo de la chiva, independientemente si es cabrito o… macho cabrío.

El chivo es uno de los animales que ocupa un lugar destacado, entre los que forman parte de nuestra cultura, de nuestra cotidianidad, de nuestras representaciones y  ritos de las religiones afrocubanas, en las que se utiliza como ofrenda a algunas deidades. Su piel se ha utilizado desde hace siglos a modo de parches de los tambores rituales, como los batá de los yorubas, el yuca de los bantú o el ekué de los ñáñigos.

Como alimento es la base de muchos platos de comida criolla, quizá el más apreciado sea en forma de chilindrón, un plato típico de la cocina cubana. La leche de chiva es muy apreciada, sobretodo como alimento de recién nacidos y de personas que no toleran la de vaca. En este sentido se cuenta un chiste en la isla: El gran sabelotodo, en uno de sus experimentos geniales, quiso crear una vaca enana para que las familias pudieran tenerla en los jardines, balcones y azoteas y así asegurarse el suministro de leche. Su berrinche fue monumental cuando alguien se atrevió a decirle que quería inventar la chiva que ya estaba inventada.

El chivo además se ha utilizado como diversión para niños, tirando de pequeños carros de paseo y también algunos lo han tenido como animalito de compañía.

Esta presencia constante del chivo en la vida del cubano, ha provocado que en el vocabulario cubiche se generara un sinnúmero de palabras y frases, en las que el chivo y su pareja la chiva, son los principales protagonistas.

A continuación les dejo las que he logrado pescar dentro del extenso vocabulario de cubanismos. Aclaro que hay muchas palabras y frases que tienen varios significados, por eso he agregado algunos ejemplos sacados de libros de autores cubanos, que utilizan con profusión el cubiche.

Tres en un CHIVO
El CHIVO, además de ser, como dice el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el macho de la cabra, es además la barba que se deja en el mentón, a la que también llamamos “perilla”.

La bicicleta, que tanto abundó durante el llamado “Periodo Especial” y casi desaparecida de nuevo, por falta de piezas de repuesto, es también llamada CHIVO, vocablo reconocido como cubanismo en el DRAE.
“Casi una hora en el CHIVO, por la carretera de Varadero.” (Pedro J. Gutiérrez, “El nido de la serpiente”, pág. 84).

Otro  CHIVO
Si los estudiantes españoles llevan sus apuntes en una “chuleta” para cometer fraude en los exámenes, los cubanos llevan su socorrido CHIVO.
“...y así en sucesión de CHIVOS idénticos a los que confeccionábamos para fijarnos en la escuela y aprobar con el mínimo.” (Zoé Valdés, “Café Nostalgia”, pág. 121).

Cuando un obrero en su centro de trabajo, en horario laboral y con materiales del  propio centro, repara o fabrica algún objeto para sí o para la venta, se dice que está haciendo un CHIVO. Igual se define el negocio ilegal o “bisne” (DRAE)
“Este fue un país de muchos «CHIVOS», de mucha engañifa.” (Miguel Barnet, “Gallego”, pág. 153).

La frase: Chivo que rompe tambor con su pellejo paga, es un dicho popular que afirma que cada cual es responsable de sus actos y, por tanto, debe pagar por sus malas acciones. Equivale al más castizo “El que la hace, la paga”
Procede de uno de los refranes, de los tantos que existen en los procesos adivinatorios de Osho-Ifá, que realizan los “Babalaos”

Cuando a alguien le dicen que se está haciendo el chivo (la chiva) loco(a), lo que se le señala es que quiere desentenderse de algo o que está fingiendo que no entiende o no conoce de lo que se habla, osea que se está haciendo el sueco. Esta frase también la recoge el DRAE como cubanismo.
“...cuando preguntó por mí, el portero nuevo SE HIZO EL CHIVO LOCO.” (Miguel Barnet, “La vida real”, pág. 161).
“¿Qué mujer que ve al marío llegar después de un tongón de días se queda HASIENDOSE LA CHIVA LOCA?” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 243).
“...como allí saber y no delatar es un delito grave, pues ME HICE «EL CHIVO LOCO»...” (Paquito D’Rivera, “Mi vida Saxual”, pág. 94).
“No TE HAGAS EL CHIVO LOCO conmigo.” (Pedtro J. Gutiérrez, “El rey de La Habana”, pág. 95).
“Algo así como aprender a nadar y guardar la ropa, HACERSE EL CHIVO LOCO,...” (Zoé Valdés, “Café Nostalgia”, pág. 21).

El machismo exacerbado de los “guapos” transformó el estribillo de una guaracha del famoso compositor cubano Arsenio Rodríguez, en una fanfarronada: Yo no como corazón de chivo, con lo que quieren asegurar no tener miedo ni dejarse amedrentar por otra persona. También en este sentido se usa la frase: “Yo no como miedo”
“No me venga con guapería, asere, que YO NO COMO CORAZÓN DE CHIVO".

Hay cosas grandes, enormes, de grandes proporciones que se comparan con algo imposible y para ello se utiliza la expresión: Que no la (lo) brinca un chivo
“…en tu casa hay una clase de morsilla QUE NO LA BRINCA UN CHIVO” (F. Chofre, “La Odilea”, pág. 129).
“—Dice que tu ambia se va a buscar un lío con él, QUE NO LO BRINCA UN CHIVO.” (Zoé Valdés, “Milagro en Miami”, pág. 165). 

Y si eres una persona alegre, divertida, que gusta de la broma y de la guasa o también te gusta molestar, fastidiar o importunar a tus semejantes, en Cuba te ponen el mote de CHIVÓN. ¡Ah¡ y la Academia lo acepta también.

Hoy no chivo más, en el próximo post hablaré de la compañera de este animalito, la CHIVA,  que por definición es muy infiel y dejen su comentario.

Disfruten de la interpretación de Bola de Nieve. CHIVO QUE ROMPE TAMBÓ.



19 dic 2012

EL ESPAÑOL DE CUBA


Mucho se ha escrito sobre el origen del español hablado en Cuba. Diversas teorías pretenden descifrar o reconstruir la forma y los medios por los que penetraron ciertas palabras en nuestro vocabulario para darle forma, personalidad definida  y estilo propio al “cubiche”.
Una gran mayoría de autores, lingüistas  y eruditos del lenguaje, se remontan a los albores de la conquista y colonización de la isla a principios del siglo XIV, cuando se  impone a los aborígenes el idioma español.
Si bien es cierto que la lengua del conquistador debió imponerse, y en el caso de Cuba principalmente a la fuerza, no me puedo imaginar que la población aborigen, exterminada en poco más de un siglo según los  historiadores, se comunicara  ya en algún dialecto de español de aquella época, tan distinto al actual.

Influencia de la lengua aborigen.

Lo que sucedió fue lo contrario y es lo que ha llegado hasta nuestros días. Palabras de la lengua dulce y cadenciosa de los primitivos habitantes de la isla, ayudaron a los conquistadores a nombrar todo aquello que encontraron y que resultaba nuevo y desconocido para ellos. De ahí los vocablos: bohío, coa, cacique, hamaca, fotuto, guayo, huracán, yuca, etc. y otro sinnúmero de voces que componen hoy la toponimia cubana como Habana, Guanabo, Arimao, Jibacoa, Camagüey, Guanabacoa, etc.
Es pues la lengua de los primitivos habitantes  la que influye y  matiza el habla hispana, con esos  numerosos vocablos que perduran hasta hoy, muchos de los cuales entraron a formar parte del español académico

Afronegrismos.

La siguiente aportación al español de Cuba, la hacen los negros esclavos que, después de exterminados los primitivos habitantes de la isla, son traídos de África en cantidades ingentes, con el fin de cubrir las necesidades de mano de obra de la pujante economía cubana y sobre todo de la naciente industria azucarera. Sus lenguas y dialectos dejaron su impronta en la forma de hablar y vocabulario del cubiche. Entre otras voces de ascendencia .africana encontramos: Abicú, aché, asere, babalao, beroco, ecobio, monina, orisha, etc. y toda una serie de nombres de las deidades de las distintas religiones traídas de África y el léxico unido a su culto.

Galicismos.

Los galicismos fundamentales fueron introducidos ya dentro del español peninsular, como reflejo de la afrancesada España borbónica de los Siglos XVIII y XIX, o por los colonos franceses que emigraron en número considerable hacia las provincias orientales huyendo de la revolución haitiana. Otros llegan con los haitianos que emigraron hacia la isla durante la primera mitad del siglo XX, en busca de una mejoría de su situación económica. De ellos sólo unos pocos mantienen su actualidad, tales como creyón, bulevar, balance, fuete, etc.

Anglicismos

Los anglicismos han ejercido una gran influencia sobre el habla del cubano. Además de los importados directamente de los EE UU, algunos fueron introducidos por los braceros jamaicanos, que al igual que los haitianos emigraban a Cuba en busca de trabajo. Y así se escucha: Broder, bisté, blumer, catao, celular, ocá, quei, suéter, yanki, etc. 
Otra fuente considerable de anglicismos la ha constituido el béisbol o pelota, deporte nacional de cuya terminología en inglés, no sólo han pasado infinidad de voces al habla popular como ampalla, average, fao, estrai, tubey, etc., si no que se han extrapolado las frases propias de ese deporte a la vida cotidiana y así, coger fuera de base a alguien significa pillarlo haciendo algo indebido, ser cuarto bate en alguna actividad es destacarse en ella,  estar en tres y dos encontrarse en una situación límite, tener la bola escondida ocultar algo que no se debe saber y así un sinfín de frases por el estilo.
Existe otro gran número de voces salidas del ejercicio colectivo del pueblo llano, pero relatar su génesis  haría demasiado extensa este artículo.
Hasta aquí se han nombrado las diversas influencias que actuaron y modelaron el vocabulario cubiche.

Pudiera parecer que la forma, tono y giros en el hablar cubano debieran ser más peninsulares, debido a que la masiva emigración española durante el siglo XIX y principios del XX, pudo provocar un impacto significativo en este sentido. Sin embargo los rasgos característicos del español de Cuba, fueron introducidos principalmente por la inmigración de canarios y andaluces. De ello hablaremos más adelante.